Siempre es una experiencia enriquecedora presenciar de cerca las increíbles investigaciones e innovaciones que se están llevando a cabo en el ámbito de la agricultura. A finales de agosto de 2023, el Grupo Andermatt tuvo la oportunidad de visitar Agroscope Reckenholz. El Dr. Frank Liebisch, jefe del grupo de investigación sobre flujos de materiales para la protección del agua en Agroscope, nos guió amablemente por las instalaciones educativas, arrojando luz sobre algunos de los retos y avances más apremiantes en el ámbito de la agricultura.
Nuestro recorrido comenzó con una visita a la instalación de lisímetros, un espacio crítico donde continuamente se expanden los límites de la ciencia agrícola. Aquí, los científicos se esfuerzan por medir y comprender el agua de infiltración y la lixiviación de nutrientes, poniendo especial énfasis en la lixiviación de nitratos. La lixiviación de nitratos se ha convertido en una de las principales preocupaciones en los estudios agrícolas contemporáneos. Los investigadores de la Instalación Lisimétrica estudian diversos factores que influyen en la lixiviación de nitratos, como el impacto de la fertilización con purines en los pastizales durante el invierno, las diferentes prácticas de gestión del suelo y las tasas de fertilización nitrogenada.
Instalación lisimétrica en Zürich Reckenholz (izquierda: vista subterránea; derecha: vista aérea)
Al sumergirnos en el mundo de la investigación agrícola, exploramos dos experimentos de campo a largo plazo que han contribuido decisivamente a dar forma al futuro de las prácticas agrícolas sostenibles. El primero de ellos es el ensayo DEMO, establecido en Reckenholz (Zúrich) en 1989. El ensayo DEMO sirve como demostración viviente de los síntomas de deficiencia de nutrientes, como las carencias de nitrógeno, fósforo y potasio, en diversos cultivos que crecen en una rotación de cultivos de seis años.
Vista aérea del ensayo de campo a largo plazo DEMO (Fotografía de Agroscope)
Nuestro viaje en el tiempo también nos llevó al Experimento de Fertilización Orgánica de Zúrich (ZOFE), que ha resistido la prueba de más de 70 años. Este experimento de campo es uno de los más antiguos de Suiza, y su objetivo original era comparar el impacto de los fertilizantes orgánicos y minerales en el rendimiento de los cultivos. En la actualidad, su interés se ha desplazado hacia la ecología del suelo y cuestiones relacionadas con el clima. Los investigadores profundizan en temas como la eficiencia en el uso de nutrientes, el desarrollo a largo plazo del carbono orgánico del suelo en los sistemas agrícolas y los efectos de los distintos tratamientos de fertilización.
Vista aérea del ensayo de campo a largo plazo de la ZOFE (Foto de Agroscope)
El diseño sistemático en bloques de la ZOFE incluye 12 tratamientos de fertilización, desde el control sin fertilizar hasta diversos tratamientos de fertilización orgánica, mineral y combinada. Las parcelas experimentales siguen una rotación de cultivos de ocho años, incorporando diversos cultivos y períodos de barbecho temporal. Los muestreos y análisis periódicos del suelo proporcionan información crucial sobre la dinámica del carbono, el nitrógeno y los macronutrientes, complementada con datos de radiocarbono (14C) y evaluaciones de la biomasa microbiana. Los principales productos y subproductos de los cultivos se examinan minuciosamente para determinar el rendimiento y el contenido de nutrientes, lo que permite calcular las absorciones y los presupuestos de nutrientes.
Uno de los hallazgos que más nos hizo reflexionar durante nuestra visita fue que los rendimientos de los tratamientos de "fertilización combinada" estaban a la par o incluso eran superiores a los de los tratamientos de "fertilización mineral". En cambio, la fertilización orgánica sin adición de fósforo y potasio minerales dio lugar a rendimientos inferiores.
Con nuestra visita a Agroscope Reckenholz, destacamos la importancia de la investigación agrícola en curso y su papel en abordar los desafíos de sostenibilidad que enfrenta la agricultura. Mediante la colaboración y el intercambio de conocimientos con instituciones como Agroscope, podemos seguir desarrollando y promoviendo prácticas agrícolas sostenibles que beneficien tanto al medio ambiente como a nuestras comunidades.